La palabra
popular se puede utilizar como sinónimo de totalidad. El pueblo somos
todos. Según esta concepción, toda educación sería popular.
Algunos
definen la Educación Popular por oposición a la privada o "de
pago". La Educación Popular se identifica entonces con la oficial o
gratuita. En este sentido habría que entender los fervientes llamados a
defender la Educación Popular ante las tendencias privatizadoras. Otros
muchos entienden la Educación Popular como la que se imparte a los pobres:
los habitantes de los barrios, los campesinos, los indígenas, todos los
que se encuentran marginados o excluidos del poder político, económico o
social. Según esta concepción, bastaría con fundar escuelas o centros educativos
en zonas marginales para ya, sin más, pertenecer a la Educación Popular.
Hay también un uso de lo popular como algo de segunda categoría, baja
calidad, precios inferiores, accesible a las mayorías (mercado popular,
comedor popular, entrada popular, carro popular...), en contraposición a
lo elitesco, lo costoso, lo exclusivo.. .
Por tanto la
Educación Popular, debe ser entendida por su
intensión transformadora y la entendemos como un movimiento alternativo,
enfrentado a las prácticas educativas tradicionales, que intenta promover
una sociedad más democrática y más justa.
La Educación
Popular nace en la década de los 60 y se enraiza en las propuestas de la
Educación Liberadora de Paulo Freire, frente a la educación bancaria, acrítica,
domesticadora, educación para la sumisión, el pedagogo brasileño propone
una práctica educativa problematizadora o concientiza dora, que ayude al
educando a superar la dominación que sufre y lo haga sujeto de su
historia. Se trata, en términos freirianos, de una práctica educativa
orientada a desarrollar la capacidad de leer la realidad, decir la propia
palabra y escribir la historia de la liberación personal y comunitaria.
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